AULA DE ESTUDIO

Lamentos sobre el cuerpo de Héctor, de Domenico Corvi

Lamentos sobre el cuerpo de Héctor, de Domenico Corvi

Domenico Corvi
(Viterbo, 1721 – Roma, 1803)
Lamentos sobre el cuerpo de Héctor
1785
Óleo sobre lienzo, 159 x 220 cm.
N.R. 200.181. Adquirido en Roma en 1919.
 
Entre el conjunto de cuadros que el abad Marcet compró en Roma y Nápoles en su viaje de mayo de 1919 figuraba esta pintura. Una inscripción al dorso de la tela indica el concepto con que fue adquirido al anticuario y marchante Baldasare Belisario (Salita di San Sebastianello, Piazza di Spagna): “Ecole français (sic) / Mort de Germanicus / David / P. / Gall. Fesch / R”. Tenemos noticias de las dificultades para obtener el permiso de exportación de obras de arte que, finalizada la guerra, fue cada vez más difícil. El P. Ubach, que actuaba como agente de Montserrat en estos asuntos, escribía al abad Marcet el 7 de agosto del mismo año: “Toda la culpa del retraso es debida a aquel cuadro representando la muerte de Germánico, que no querían dejarlo salir y que la Dirección del Museo se quería quedar. Han sido necesarias muchas peticiones para conseguirlo” (AAMt). Esta primera atribución del cuadro a Jacques-Louis David (1748-1825) no tiene otro fundamento que la asiduidad de este pintor representando temas de la Ilíada como Lamentos de Andrómaca sobre el cuerpo de Héctor, el mismo tema que nuestro cuadro, que el pintor presentó en el Salón de París de 1783; pero la composición de David, actualmente en la École Nationale Supérieur des Beaux-Arts, consta sólo de tres figuras y no tiene nada que ver con la nuestra. Por otro lado, es interesante constatar que la Junta romana que debía dar el permiso de exportación de nuestro cuadro no se creyó la atribución, pese a la inscripción del lienzo, y sospecharon que era una pintura italiana que podía interesar al Museo Capitolino.

En septiembre de 1919 llegó a Montserrat la obra que estudiamos, junto a un stock de una veintena de cuadros, reseñada en la crónica del Monasterio y después en la revista de cultura de esta forma: “La muerte de Germanicus (185 x 245 cm.) de David, original, de escuela francesa”. Aunque diez años más tarde esta atribución ya resultaba más que sospechosa, no fue cambiada. Los inventarios del P. Gusi se limitaron a decir: “de la escuela de L. David”. El hecho de que no fuera una pintura religiosa y que tuviera como tema principal un cuerpo masculino yacente y desnudo fue motivo para que este cuadro no ocupara un lugar demasiado visible en el interior del monasterio, de manera que los estudiosos que visitaban la Pinacoteca de Montserrat no lo vieron ni lo pudieron considerar.
Como en muchos otros casos, la primera en estudiar y sorprenderse del hallazgo de este cuadro fue Liliana Barroero, que no resistió la tentación de comunicar en seguida su descubrimiento a sus colegas italianos con un pequeño artículo monográfico, en 1984, ocho años antes de publicar su libro sobre la pintura italiana de Montserrat. Al ver las fotografías que le fueron enviadas, la Barroero relacionó inmediatamente nuestro cuadro con el que describió detalladamente Giuseppe Antonio Guattani, secretario perpetuo de la Accademia de S. Luca de Roma, en 1785, cuando Domenico Corvi Viterbese e Accademico di San Luca acabó y presentó este cuadro que de ninguna manera tiene como tema la Muerte de Germánico, sino otro, también bastante habitual en la pintura neoclásica, como es el de los Lamentos sobre el cuerpo de Héctor. Desgraciadamente, Guattani no nos dice quién era el comitente de esta obra ni su destino. De todos modos la inscripción del dorso del cuadro de Montserrat sugiere que había pertenecido a la Galleria Fesch, es decir, a la del cardenal Joseph Fesch (Ajaccio, 1762 – Roma, 1839), tío de Napoleón, creado cardenal en 1802 y embajador de Francia ante la Santa Sede. Cuando cayó Napoleón, Pío VII le acogió en Roma, donde se dedicó casi exclusivamente a favorecer la ciencia y las artes, de modo que su colección de pintura era famosa en toda Europa. Sin embargo nuestro cuadro no figura en los catálogos de venta de la prestigiosa colección Fesch; pero esto no significa más que lo que dice: habría podido salir de la colección antes de la venta o también puede ser perfectamente que la inscripción del dorso del cuadro sólo fuese una pista falsa para favorecer su venta.

Liliana Barroero descubrió también la existencia de una versión idéntica y de iguales dimensiones que el cuadro de Montserrat en el palacio Camuccini de Cantalupo, en la Sabina, que como otras obras de la misma colección salió a subasta en Roma en noviembre de 2006. Aún así, comparando el cuadro de los Camuccini con el de Montserrat, se percibe en seguida que el primero es una pintura no del todo acabada, a la que le falta el modelado final y la atmósfera que tiene el cuadro de Montserrat. Seguramente era una versión que el autor tenía en su taller y que nunca acabó completamente. La Barroero liga muy bien este hecho con la noticia de Luigi Lanzi que nos informó de que el pintor neoclásico Vincenzo Camuccini (1773-1844), que fue propietario del palacio y que había sido alumno de Corvi, al morir el maestro admirado compró a la viuda los diversos cuadros y dibujos que figuraban en su colección, entre los que se encontraba la versión inacabada del de Montserrat con el nombre de Achille presso il cadavere di Patroclo.

Guattani en su notificación del cuadro nos da una descripción detallada a partir del libro 24 de la Ilíada. Príamo hace que se exponga ante los troyanos el cuerpo de Héctor, el héroe muerto, que Aquiles había podido recuperar. El escenario es una sala del palacio real de Troya, adornada con cortinajes fúnebres e iluminada exclusivamente por tres lámparas con teas encendidas y dos pebeteros con ascuas para quemar perfumes. El cuerpo desnudo de Héctor, coronado de laurel, reposa sobre una cama cubierta con una colcha de seda de color dorado y con sus armas como trofeos a sus pies. Su desolada esposa, Andrómaca, le levanta la cabeza iniciando el gesto de darle un beso. A Helena, que había sido el motivo de la guerra de Troya, la encontramos de pie a los pies del lecho fúnebre contemplando la escena impasible, mientras que Casandra, la hermana de Héctor, que había predicho el desastre, deshecha en llanto mira a Helena con gesto de reprobación. Los hermanos pequeños del héroe miran y lloran desde el cabezal de la cama. La niñera abraza a Astianacte, hijo menor de Héctor. Príamo, el padre, contempla el cuerpo del héroe con pena inmensa por no haber hecho caso de la premonición de Casandra. Detrás de él, dos guerreros troyanos traman sentimientos de venganza. Al fondo, a mano derecho, Hécuba, la madre, apoyada en sus sirvientas, entra de modo trágico en la escena. El ambiente es denso entonado con una luz dorada y mate que surge de los braseros, de manera que los propios colores claros quedan apagados. La tragedia se narra con la serenidad y la compostura austera y majestuosa del Neoclasicismo.

Nuestro cuadro, casi con total certeza, es pendant con otro del mismo tamaño y de composición afín que se titula Sacrifico de Políxena y que se encuentra en el Museo Cívico de Viterbo. Curiosamente este cuadro de Viterbo no generó noticias ni descripciones en su época como el de Montserrat, pero a los dos cuadros les corresponden perfectamente los elogios que Guattani prodigó al de Montserrat referente a la “tenerezza di colorito” y a la composición a base de una geometría dulce y ondulante “senza tagliarne per così dire la composizione”. Liliana Barroero considera este cuadro de Corvi “come uno dei più alti raggiungimenti poetici non solo all’interno del catalogo dell’artista viterbese, ma in tutto il lungo corso del settecento pittorico romano”.

Josep de C. Laplana, director del Museo de Montserrat
 
 
Bibliografía
Giuseppe Antonio Guattani,  “Il Signor Domenico Corvi”, Memorie per le Belle Arti, I, junio 1785, pp. 87-88; Giornale delle Belle Arti, II, 25-VI-1785, p. 193-194.
Luigi Lanzi, Storia pittorica della Italia. Dal Risorgimento delle Belle Arti fin presso al fine del XVIII secolo, Milà, Società Classici Italiani, vol. II, 1824, p. 286.
George, Catalogue des tableaux composant la galérie de feu de Son Éminence le Cardinal Fesch,
Analecta Montserratensia, III, 1919, p. 389.
Liliana Barroero, “Il compianto sul corpo di Ettore, di Domenico Corvi”, Paragone, núm. 417, nov, 1984, p. 66-71, fig.
Liliana Barroero, Dipinti italiani dal XV al XIX secolo del Museo di Montserrat, Roma, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato. Libreria della Stato, 1992, núm. 40, p. 117-118, fig. color.
Josep de C. Laplana, Les col·leccions de pintura de l’Abadia de Montserrat, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1999, p. 42, 48, 127, fig. color.