AULA DE ESTUDIO

Alegoría del nacimiento de Francisco I de Austria

Alegoría del nacimiento de Francisco I de Austria

Giambattista Tiepolo
(Venecia, 1696 – Madrid 1770)
Alegoría del nacimiento de Francisco I de Austria
Entre 1768 y 1770.
Óleo sobre lienzo, 46,5 x 57 cm.
N.R. 201.228. Donación Xavier Busquets, 1990.
 
Esta obra llegó al Museo de Montserrat formando parte del legado testamentario del arquitecto Xavier Busquets. Previamente, el año 1976, la había adquirido en una subasta de Christie’s, en Londres, por 36.000 £. Procedía de la colección Edoardo Ferreira Pinto-Basto y era una pieza conocida en el mundo académico, ya que se habían ocupado de ella y la habían publicado en sus monografías especialistas tan acreditados como
Molmenti, Fiocco, Morasi y Pallucchini. En la subasta de Christie’s llevaba por título Chronos entrusting Cupid to Venus, pero Liliana Barroero, al estudiar nuestro cuadro, siguiendo el discurso de Levey que explica con todo detalle el tema y la ocasión en que fue pintado, le cambió el nombre que llevaba por el actual, que es más ajustado: Allegoria per la nascita di Francesco I d’Austria.

Levey explica que María Luisa de Borbón, hija de Carlos III de España y esposa de Leopoldo de Habsburgo, Gran Duque de Toscana, en febrero de 1768 dio a luz a su primogénito, que fue bautizado con el nombre de Francisco. Teniendo en cuenta que el emperador José II no tenía descendencia, por ley dinástica el recién nacido estaba destinado a convertirse en emperador de Austria. Éste es el acontecimiento que motivó que Tiepolo pintara este cuadro que, según Palluchini, no es ningún esbozo previo para una composición mayor y definitiva, sino una obra con valor propio y perfectamente acabada nello stile evocativo, più che descrittivo que utilizaba el autor en su época madrileña. Yo no estoy tan seguro, porque veo muchas zonas y detalles solamente esbozados y más bien me parece que se trata de un ensayo bien trabajado de cara a merecer la aprobación previa para una composición de grandes proporciones, pensada para ser vista de abajo hacia arriba. Si bien es cierto que desconocemos la obra o el fresco de gran formato, que sería la definitiva, porque seguramente jamás llegó a realizarse.

Para glosar el tema que le había sido propuesto para nuestro cuadro, Tiepolo usó la misma simbología mitológica que había utilizado unos veinte años atrás en el techo de Ca’Contarini de Venecia. Por los avatares de la historia, este cielo veneciano fue a parar a la embajada de Egipto en Londres hasta 1969, cuando fue adquirido por la National Gallery de Londres. Así me lo explicó Michael Helston, conservador de pintura española y tardoitaliana de aquel museo en la visita que hizo al de Montserrat en enero de 1991, de cuyos comentarios tomé buena nota.

La composición londinense (292 x 190 cm.) ubica la escena en el cielo empíreo, mientras que en el cuadro de Montserrat el escenario es terrenal: un basamento clásico con dos columnas medio cubiertas con una pesada cortina de color ocre y exóticas palmeras al fondo del paisaje, aunque la figura central está sentada sobre una nubes encima de una esfera azul. En ambas composiciones el tema es el mismo, pero invertido: el viejo Cronos presenta un recién nacido a la diosa Venus. ¿Este niño de la National Gallery es, como se dice habitualmente, el pequeño Eneas? ¿O bien se trata de un recién nacido de la familia Contarini, como sucede con el pequeño Habsburgo de Montserrat? Los emblemas son los mismos en ambas composiciones: la guadaña y el carro por lo que concierne a Cronos, los cupidos y la paloma por lo que afecta a Venus. En ambas obras aparece como protagonista la misma modelo, una chica joven bellísima, con la misma fisonomía y el mismo peinado. Vemos a esta misma modelo en otras composiciones de la época madrileña del pintor, como la Apoteosis de Eneas, y también en los esbozos preparatorios, tal como indica Morassi. No obstante, también hay diferencias: en el soffito de Londres Venus se apoya en un casco guerrero en recuerdo de Marte, su esposo, y el Cupido del primer término sostiene un carcaj lleno de saetas amorosas, mientras que en el de Montserrat Venus es asistida por dos figuras femeninas, igualmente desnudas, y la última de ellas sostiene un escudo guerrero con la Gorgona en referencia a Marte, y en el pedestal del fondo se alza el águila imperial de los Habsburgo.

Pompeyo Molmenti publicó un dibujo a lápiz, tinta sepia y aguada blanca del cuadro de Montserrat, que se conserva en el Cooper Hewitt Museum de Nueva York, con pequeñas variantes en los detalles complementarios que no aparecen en nuestro cuadro. Liliana Barroero pone en duda la autenticidad de este dibujo de Tiepolo que ella considera más bien de un copista. Analizando al detalle el citado dibujo norteamericano veo que hay detalles mucho más definidos que en el cuadro de Montserrat. Un detalle muy significativo es que, en el dibujo del Cooper Hewitt Museum, en el basamento hay una tabula encabezada con una máscara con una inscripción casi ilegible en la línea superior, pero en la inferior podemos leer FECIT AD M. D. G. (“lo hizo a Mayor Gloria de Dios”) que no sale en el cuadro de Montserrat. La máxima Ad Maiorem Dei Gloriam era el grito de guerra de la Compañía de Jesús, por la que el rey español Carlos III sentía una horrible aversión, hasta el punto de prohibirla en sus reinos en 1767. Esto explica muy bien que al pasar del dibujo previo a un esbozo realizado al óleo, como es el cuadro de Montserrat, lo hiciese adrede para ser presentado en la corte o al monarca y que prescindiese en este momento de la inscripción inoportuna del proyecto dibujado posiblemente muchos años atrás.
 
Morassi fecha el Tiepolo de Montserrat en el decenio de los años sesenta del siglo XVIII y emite el siguiente juicio valorativo: “Excellent work of the late Spanish period”.  

Josep de C. Laplana, director del Museo de Montserrat
 
Bibliografía
Pompeo Molmenti, G. B. Tiepolo. La sua vita e le sue opere, Milano, Ulrico Hoelpi, 1909, p. 223.
Giuseppe Fiocco, Pitture del Settecento italiano nel Portogallo, Roma, Istituto Poligrafico dello Stato, 1940, p. 12, fig. 3.
Antonio Morassi, A complete catalogue of the paintings of G. B. Tiepolo, London, Phaidon, 1962, p. 16, fig. 353.
Anna Pallucchini, L’Opera Completa di Giambattista Tiepolo, Milano, Rizzoli, 1968, núm. 287, fig. 134.
Christie’s, 1976/2, núm. 53, p. 50-51, fig.
Michael Levey, Giambattista Tiepolo. His life and Art, Yale University Press, Hew Haven, 1986, p. 267-269.
Liliana Barroero, Dipinti italiani dal XV al XIX secolo del Museo di Montserrat, Roma, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato. Libreria della Stato, 1992, núm. 33, p. 99-101, fig.
Josep de C. Laplana, Les col·leccions de pintura de l’Abadia de Montserrat, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1999, p. 125, fig.
Roberto Calasso, Il Rosa Tiepolo, Milano, Adelphi Ed., 2006, fig. portada, p. 259-261.
Obras Maestras del Museo de Montserrat en BBVA. De Caravaggio a Picasso.  
Catàleg d’exposició, Madrid, BBVA, núm. 24, p. 210-213, fig. (Josep de C. Laplana).
Montserrat. Opere maggiori dell’Abbazia, catàleg d’exposició, Forte di Bard Editore, 2014, p. 70-71, fig. (Josep de C. Laplana).