AULA DE ESTUDIO

Tabla de Nicolás Francés (siglo XV)

Tabla de Nicolás Francés (siglo XV)

Nicolás Francés
Activo entre 1424-1468.
La construcción de San Miguel en Monte Gargano, ca. 1440-1450.
Temple sobre lienzo y tabla, 129,5 x 96,5 cm.
N.R. 201.230. Donación Xavier Busquets, 1990 

Todo indica que esta tabla es uno de los compartimentos del retablo mayor de la iglesia de San Miguel de Villalpando (Zamora), que el arqueólogo e historiador Manuel Gómez Moreno (1870-1970) visitó entre 1903 y 1905 y nos describió todo lo que allí vio: “Retablo colateral, hecho con pedazos que antes serían del altar mayor. Estas tablas son cuatro, de 1,0 por 0,90 metros, figurando la una a los ángeles buenos, con túnicas blancas y cruces, arrojando a los rebeldes a las llamas, donde les reciben otros diablos; fondo de oro y nubes. Otra con los ballesteros tirando al ciervo; otra con el obispo y su clero que salen de la ciudad a ver el prodigio; y la otra con una iglesia en construcción, viéndose las carretas de bueyes con macizas ruedas, en que se trae la piedra, y operarios con interesantes trajes, como de moros al parecer; cielo de oro bruñido… Corresponden a la mitad del siglo XV… guarneciéndolas arcos de talla gótica y columnas retorcidas” [Provincia de Zamora (1903-1905), Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1927 (Catálogo Monumental de España), p. 249]. El 1930 Ch.-R. Post ya relacionó estas pinturas estudiadas sumariamente por Gómez Moreno con la producción artística de Nicolás Francés (A History of Spanish Painting, Harvard University Press, vol. III 1930, p. 286).

El fragmento que Gómez Moreno describió como el de los ballesteros que disparan al ciervo en realidad es la escena del cazador que dispara contra el toro arrodillado y que acaba siendo herido él mismo y que constituye el primer episodio de la leyenda de la fundación del santuario de San Miguel en el Monte Gargano. De las cuatro tablas que el arqueólogo encontró en Villalpando, esta del cazador es la única de la que no hay noticias posteriores. La del “obispo y su clero” se refiere sin duda a la visión de San Gregorio el Grande durante la procesión de rogativas para que terminara la peste que asolaba Roma y el Papa vio al Arcángel sobre la mole adriánea defendiendo Roma. Esta tabla y la del combate entre los ángeles buenos y los rebeldes aparecieron en 1959 en el comercio de antigüedades en las Schaeffer Galleries de Nueva York (The Art Quarterly, Institut of Art, Detroit, 1959, nº 3), según indicó Sánchez Cantón (Maestre Nicolás Francés, Madrid, C.S.I.C.,1964, p. 26).

La tabla de la construcción de una iglesia, que Gómez Moreno encontró en su lugar original de Villalpando, Xavier Busquets la compró en 1959 mediante las gestiones de su amigo el experto Josep Gudiol Ricart, que en aquellos momentos estaba preparando junto a otros especialistas la exposición de Estocolmo Grandes Maestros Españoles, que tuvo lugar en invierno de 1959-1960. Busquets manifestó su gran interés por el tema que representaba, ya que él era arquitecto, y le gustaba positivamente que la obra que adquiría participase ya de buen comienzo en una exposición internacional. Allí salió a la luz pública esta obra, hasta entonces inédita, certificada con la autoría de Nicolás Francés (Stora Spanska Mästare, catálogo de exposición, Nationalmuseum, Stockholm, 12-XII-1959 – 13-III-1960, Estocolmo, 1960, nº 27, p. 40). Gudiol la publicó y la dio a conocer al mundo académico internacional (“Spanish painting in Stockholm”, Burlington Magazine, nº 102, 1960, p. 225-226). Aún así, Sánchez Cantón, que trabajó para la exposición de Estocolmo pero desconocía que la tabla había sido comprada por Busquets, al publicar su citada monografía en 1064, publicó nuestra tabla como propiedad del Museo de Estocolmo, un error que se sigue repitiendo de manera sistemática.

El profesor Joaquín Yarza Luaces, atendiendo sobre todo al origen francés del maestro y siguiendo la sugerencia de Sánchez Cantón, indica que el edificio en construcción que representa nuestra tabla es el del Monte Saint-Michel en Normandía (Obras Maestras del Museo de Montserrat en BBVA, Madrid, 2009, p. 76-77). A mí me resulta un poco extraño, puesto que la iconografía del retablo se ajusta a la leyenda del Monte Gargano y en España jamás se celebró la dedicación del santuario francés, en cambio la del Gargano tenía dos fiestas: el 8 de mayo, que es la aparición del Arcángel, y el 29 de septiembre, que es la dedicación de la basílica de la Apulia. La ralla recta que se ve al horizonte de nuestra tabla no me sugiere el mar del Monte Saint-Michel sino más bien la gran planicie verde y con árboles que se extiende al pie del Monte Gargano. Y esto no significa que Nicolás Francés viajase al lugar para copiarlo sino simplemente que seguía los esquemas compositivos en uso para pintar los retablos de San Miguel. Pero estas opiniones no tienen demasiada importancia. El interés superior de esta tabla radica en la información que nos proporciona sobre el trabajo de un maestro de obras, que con la paleta aplica el mortero y con la izquierda sostiene el listón de palmos para alinear correctamente la sillería. En primer término vemos la zona montañosa de donde extraen la piedra y la carga y descarga de los sillares, transportados a pie de obra con unas carretas tiradas por bueyes.

El maestro Nicolás Francés es el pintor más importante del gótico internacional que actuó al servicio de la catedral de León y al norte de Castilla. El profesor Yarza, que es el principal estudioso e investigador de este personaje, cree que es uno de aquellos artistas, experto en el arte de la miniatura, que abandonaron París a causa de la ocupación inglesa, poco antes de 1422 (“Nicolás Francés, bancal del Credo de los apóstoles”, El Apostolado de Nicolás Francés, Madrid, Fundación Argentaria, 1999, p. 11-35).
 
Josep de C. Laplana, director del Museo de Montserrat
Artículo publicado en El Propileu - 12, págs. 26 y 27. Junio 2013